jueves, 27 de marzo de 2008

Lo mejor está por venir (Ray Kroc)

El fundador de Mc Donald's alcanzó su extraordinario éxito pasados los cincuenta años, había tenido varios fracasos comerciales previos y con el tiempo recordaría: "Tenía 52 años, diabetes y artritis incipiente. Había perdido mi vesícula y gran parte de mi tiroides en campañas anteriores, pero estaba convencido de que lo mejor aún estaba por delante"

El Muerto (Vicente Aleixandre)

Bajo la tierra el día
oscurece. Ave rara,
ave arriba en el árbol que cantas para un muerto.
Bajo la tierra duermo
como otra raíz de ese árbol que a solas en mí nutro.
No pesas, árbol poderoso y terrible que emerges a
los aires,
que de mi pecho naces con un verdor urgente
para asomar y abrirse en rientes ramajes
donde un ave ahora canta, vivaz sobre mi pecho.

Hermosa vida clara de un árbol sostenido
sobre la tierra misma que un hombre ha sido un día.
Cuerpo cabal que aún vive, no duerme, nunca duerme.
Hoy vela en árbol lúcido que un sol traspasa ardiendo.

No soy memoria, amigos, ni olvido. Alegre subo,
ligero, rumoroso por un tronco a la vida.
Amigos, olvidadme. Mi copa canta siempre,
ligera, en el espacio, bajo un cielo continuo.

martes, 25 de marzo de 2008

El Balcón (Federico G. Lorca)

Si muero
Dejad el balcón abierto

El niño come naranjas
(Desde mi balcón lo veo)

El segador siega el trigo
(Desde mi balcón lo siento)

Si muero
Dejad el balcón abierto

miércoles, 19 de marzo de 2008

A mi no me den consejos (Tango de Caruso y Canaro - 1930)

Todo el mundo tiene el bien de aconsejarme
como a pibe que ha faltado a sus deberes.
Me aconsejan que debía de cuidarme
y no ven que es suicidarme
renunciar a mis placeres.
Me aconsejan que no gaste, que no chupe,
que no juegue ni una ficha a la ruleta
y que guarde lo que el viejo me dejó;
pero yo quiero el escabio y las pebetas,
¡lo demás son fantasía del poeta Campoamor!

A mí no me den consejos,
¡denme plata, mucha plata!
Quiero derrochar la vida
gozando mi juventud.
A mí no me den consejos,
déjenme de esas macanas,
¡qué me importa del mañana!
Si hoy soy, con plata y salud,
más feliz que bataclana
que ha triunfado en su debut.

Yo conozco más de cuatro que con vento
pretendieron llevar una vida seria.
Los cacharon ahí nomás pal casamiento
y, a pesar de todo el vento,
pasan vida de miseria.
Yo no soy un candidato pal casorio
y me siento muy feliz y acomodado
con los miles que de los viejos heredé.
Y oigan bien : ya me tienen muy cansado
los que dicen que algún día me voy a quedar de a pie.

Antonio Porchia (Voces)

Han dejado de engañarte, no de quererte.
Y te parece que han dejado de quererte.

Algún día (Roberto Juarroz)

Algún día encontraré una palabra
que penetre en tu vientre y lo fecunde,
que se pare en tu seno
como una mano abierta y cerrada al mismo tiempo.

Hallaré una palabra
que detenga tu cuerpo y lo dé vuelta,
que contenga tu cuerpo
y abra tus ojos como un dios sin nubes
y te use tu saliva
y te doble las piernas.
Tú tal vez no la escuches
o tal vez no la comprendas.
No será necesario.
Irá por tu interior como una rueda
recorriéndote al fin de punta a punta,
mujer mía y no mía
y no se detendrá ni cuando mueras.

martes, 18 de marzo de 2008

Soneto LXXXIX (Pablo Neruda - cien sonetos...)

Cuando yo muera quiero tus manos en mis ojos:
quiero la luz y el trigo de tus manos amadas
pasar una vez más sobre mí su frescura:
sentir la suavidad que cambió mi destino.

Quiero que vivas mientras yo, dormido, te espero,
quiero que tus oídos sigan oyendo el viento,
que huelas el aroma del mar que amamos juntos
y que sigas pisando la arena que pisamos.

Quiero que lo que amo siga vivo
y a ti te amé y canté sobre todas las cosas,
por eso sigue tú floreciendo, florida,

para que alcances todo lo que mi amor te ordena,
para que se pasee mi sombra por tu pelo,
para que así conozcan la razón de mi canto.

viernes, 14 de marzo de 2008

Piedra negra sobre una piedra blanca (César Vallejo)

Me moriré en París con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París -y no me corro-
talvez un jueves, como es hoy de otoño.

Jueves será, porque hoy, jueves, que proso
estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala y,
jamas como hoy, me he vuelto,
con todo mi camino, a verme solo.

César Vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro

también con una soga; son testigos
los días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia, los caminos…

El Instante (Jorge L. Borges)

¿Dónde estarán los siglos, dónde el sueño
de espadas que los tártaros soñaron,
dónde los fuertes muros que allanaron,
dónde el Árbol de Adán y el otro Leño?

El presente está solo. La memoria
erige el tiempo. Sucesión y engaño
es la rutina del reloj. El año
no es menos vano que la vana historia.

Entre el alba y la noche hay un abismo
de agonías, de luces, de cuidados;
el rostro que se mira en los gastados

espejos de la noche no es el mismo.
El hoy fugaz es tenue y es eterno;
otro Cielo no esperes, ni otro Infierno.

jueves, 13 de marzo de 2008

Poema 10 (Pablo Neruda - Veinte Poemas de Amor)

Hemos perdido aún este crepúsculo.
Nadie nos vio esta tarde con las manos unidas
mientras la noche azul caía sobre el mundo.

He visto desde mi ventana
la fiesta del poniente en los cerros lejanos.

A veces como una moneda
se encendía un pedazo de sol entre mis manos.

Yo te recordaba con el alma apretada
de esa tristeza que tú me conoces.

Entonces, dónde estabas?
Entre qué gentes?
Diciendo qué palabras?
Por qué se me vendrá todo el amor de golpe
cuando me siento triste, y te siento lejana?

Cayó el libro que siempre se toma en el crepúsculo,
y como un perro herido rodó a mis pies mi capa.

Siempre, siempre te alejas en las tardes
hacia donde el crepúsculo corre borrando estatuas.

martes, 11 de marzo de 2008

El retoque final (Olga Orozco)

Es este aquel que amabas.
A este rostro falaz que burla su modelo en la leyenda,
a estos ojos innobles que miden la ventaja de haber volcado a ciegas tu destino,
a estas manos mezquinas que apuestan a pura tierra su ganancia,
consagraste los años del pesar y de la espera.
Ésta es la imagen real que provocó los bellos espejismos de la ausencia:
corredores sedosos encandilados por la repetición del eco,
por las sucesivas efigies del error;
desvanes hasta el cielo, subsuelos hacia el recuperado paraíso,
cuartos a la deriva, cuartos como de plumas y diamante
en los que te probabas cada noche los soles y las lluvias de tu siempre jamás,
mientras él sonreía, extrañamente inmóvil, absorto en el abrazo de la perduración.
Él estaba en lo alto de cualquier escalera,
él salía por todas las ventanas para el vuelo nupcial,
él te llamaba por tu verdadero nombre.
Construcciones en vilo,
sostenidas apenas por el temblor de un beso en la memoria,
por esas vibraciones con que vuelve un adiós;
cárceles de la dicha, cárceles insensatas que el mismo Piranesi envidiaría.
Basta un soplo de arena, un encuentro de lazos desatados,
una palabra fría como la lija y la sospecha,
y esa urdimbre de lámpara y vapor se desmorona con un crujido de alas,
se disuelve como templo de miel, como pirámide de nieve.
Dulzuras para moscas, ruinas para el enjambre de la profanación.
Querrías incendiar los fantasiosos depósitos de ayer,
romper las maquinarias con que fraguó el recuerdo las trampas para hoy,
el inútil y pérfido disfraz para mañana.
O querrías más bien no haber mirado nunca el alevoso rostro,
no haber visto jamás al que no fue.
Porque sabes que al final de los últimos fulgores, de las últimas nieblas,
habrá de desplegarse, voraz como una plaga, otra vez todavía,
la inevitable cinta de toda tu existencia.
Él pasará otra vez en esa ráfaga de veloces visiones, de días migratorios;
él, con su rostro de antaño, con tu historia inconclusa,
con el amor saqueado bajo la insoportable piel de la mentira, bajo esta quemadura.

Soneto XCIV (Pablo Neruda - Cien Sonetos de Amor)

Si muero sobrevíveme con tanta fuerza pura
que despiertes la furia del pálido y del frío,
de sur a sur levanta tus ojos indelebles,
de sol a sol que suene tu boca de guitarra.

No quiero que vacilen tu risa ni tus pasos,
no quiero que se muera mi herencia de alegría,
no llames a mi pecho, estoy ausente.
Vive en mi ausencia como en una casa.

Es una casa tan grande la ausencia
que pasarás en ella a través de los muros
y colgarás los cuadros en el aire.

Es una casa tan transparente la ausencia
que yo sin vida te veré vivir
y si sufres, mi amor, me moriré otra vez.

lunes, 10 de marzo de 2008

Capricho (Alfonsina Storni)

Sábado fue, y capricho el beso dado,
capricho de varón, audaz y fino,
mas fue dulce el capricho masculino
a este mi corazón, lobezno alado.

No es que crea, no creo, si inclinado
sobre mis manos te sentí divino,
y me embriagué. Comprendo que este vino
no es para mí, mas juega y rueda el dado.

Yo soy esa mujer que vive alerta,
tú el tremendo varón que se despierta
en un torrente que se ensancha en río,

y más se encrespa mientras corre y poda.
Ah, me resisto, mas me tiene toda,
tú, que nunca serás del todo mío

La Enamorada (Alejandra Pizarnik)

ante la lúgubre manía de vivir
esta recóndita humorada de vivir
te arrastra Alejandra no lo niegues.

hoy te miraste en el espejo
y te fuiste triste estabas sola
y la luz rugía el aire cantaba
pero tu amado no volvió

enviarás mensajes sonreirás
tremolarás tus manos así volverá
tu amado tan amado

oyes la demente sirena que lo robó
el barco con barbas de espuma
donde murieron las risas
recuerdas el último abrazo
oh nada de angustias
ríe en el pañuelo llora a carcajadas
pero cierra las puertas de tu rostro
para que no digan luego
que aquella mujer enamorada fuiste tú

te remuerden los días
te culpan las noches
te duele la vida tanto tanto
desesperada ¿adónde vas?
desesperada ¡nada más!

domingo, 9 de marzo de 2008

Lo que dejé por tí (Rafael Alberti)

Dejé por ti mis bosques, mi perdida
arboleda, mis perros desvelados,
mis capitales años desterrados
hasta casi el invierno de la vida.

Dejé un temblor, dejé una sacudida,
un resplandor de fuegos no apagados,
dejé mi sombra en los desesperados
ojos sangrantes de la despedida.

Dejé palomas tristes junto a un río,
caballos sobre el sol de las arenas,
dejé de oler la mar, dejé de verte.

Dejé por ti todo lo que era mío.
Dame tú, Roma, a cambio de mis penas,
tanto como dejé para tenerte.

viernes, 7 de marzo de 2008

El tonto de Rafael (autorretrato burlesco de Rafael Alberti)

Por las calles, ¿quién aquél?
¡El tonto de Rafael!
Tonto llovido del cielo,
del limbo, sin un ochavo.
Mal pollito colipavo,
sin plumas, digo, sin pelo.
¡Pío-pic!, pica, y al vuelo
todos le pican a él.
¿Quién aquél?
¡El tonto de Rafael!
Tan campante, sin carrera,
no imperial, sí tomatero,
grillo tomatero, pero
sin tomate en la grillera.
Canario de la fresquera,
no de alcoba o mirabel.
¿Quién aquél?
¡El tonto de Rafael!
Tontaina tonto del higo,
rodando por las esquinas
bolas, bolindres, pamplinas
y pimientos que no digo.
Mas nunca falta un amigo
que le mendigue un clavel.
¿Quién aquél?
¡El tonto de Rafael!
Patos con gafas, en fila,
lo raptarán tontamente
en la berlina inconsciente
de San Jinojito el lila.
¿Qué runrún, qué retahíla
sube el cretino eco fiel?
¡Oh, oh, pero si es aquél
el tonto de Rafael!

jueves, 6 de marzo de 2008

Todo (Charles Bukowski)

los muertos no necesitan
aspirinas o
penas,
supongo

pero parece que necesitan
la lluvia.
tampoco zapatos
pero sí un lugar
sobre el que caminar

tampoco cigarrillos,
nos dicen,
pero sí un lugar
en el que arder

se nos dice:
el espacio y un lugar
donde volar
podrían ser
lo mismo

los muertos no me
necesitan

ni tampoco los
vivos

pero es posible que los muertos se necesiten
los unos
a los otros

en realidad, los muertos podrían necesitar
todas las cosas que nosotros
necesitamos

y nosotros necesitamos tanto,
si al menos supiéramos
de qué
se trata

probablemente
todo

y probablemente
moriremos
intentando conseguirlo

o moriremos

porque
no lo logramos

espero
que entiendas
cuando yo haya muerto

que yo logré
todo
lo
que pude.